
- Esta información, que es difícil de tratar y obtener para los investigadores, también lo es para los empresarios, lo que genera incertidumbre, y por ende, cierta aversión hacía la aventura del comercio exterior. La incertidumbre viene dada por el desconocimiento de la masa crítica (volumen de demanda) que nos vamos a encontrar en ese territorio, si nuestros productos/servicios se van a adecuar a las gustos de esa población, de la regulación vigente en el país al que se desea exportar, así como el desconocimiento del funcionamiento y eficacia de los canales de distribución. Hemos de decir que, a pesar de que con el avance de las TIC la información es más accesible para las empresas, todavía sigue pesando mucho, y se establece como un factor clave, el conocimiento localizado del área donde se piensa exportar, dado que de esta forma se puede acceder a ventajas competitivas en términos de información que pueden marcar la diferencia entre el éxito o el fracaso.
- Las empresas grandes y/o más productivas, (estos dos conceptos no tienen que ir ligados inexorablemente), son las que se pueden permitir el lujo de explorar nuevos mercados, dado que pueden asumir, tanto los costes fijos de emprender esta dificultosa empresa, como el eventual fracaso en dicha empresa. Una vez realizada esta la inserción primigenia, el resto de empresas pueden beneficiarse de las externalidades positivas que la misma ha generado en forma de información. Posteriormente, se produce una entrada secuencial de empresas más potentes a menos potentes, como si de un proceso de selección natural se tratase.
- Las relaciones comerciales nacen y se desarrollan a base de persistencia, es decir, existe autocorrelación (dependencia) entre las transacciones en “t” (periodo actual) y las respectivas en “t-n” periodos anteriores.
- Las agencias promotoras de comercio exterior deben de trabajar por la convergencia de los niveles de información entre áreas de comercio, para romper con las asimetrías que generan aversión al comercio entre ambas áreas.
- Las embajadas y consulados son efectivos a nivel extensivo de producto, pero se ve reducida sensiblemente su efectividad a nivel intensivo de país, es decir, una vez ya hemos establecido relación comercial con ese país, la apertura de sucesivos consulados, no tiene efectos positivos a nivel intensivo de país, pero sí tienen efecto positivo producto-extensivo, y es por ello por lo que se establece como idóneo que el abanico de empresas que tenga la cartera de un país que desea exportar sus productos a otro, sea lo más heterogénea posible (diferenciadas). Hemos de decir, que como escuchamos en la conferencia posterior de profesor Gil Pareja (Universidad de Valencia), las funciones de las embajadas y consulados con respecto a las del ICEX y las APE son sensiblemente dispares, pues estas últimas se centran más en su cometido (mayor focalización en aspectos del foreign trade), que no es otro que favorecer el comercio exterior entre países.

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