Entre los documentales "Extreme Engineering" podemos encontrarnos con el Sky City de Tokyo. Se trata de un proyecto de rascacielos de casi un kilométro de altura que nace como respuesta al hacinamiento pobacional en las grandes urbes mundiales, lo cual provoca que las mismas absorban una superficie de terreno que siempre es un recurso escaso, y más si nos encontramos en un archipiélago, como en el caso del país nipón.
Este artículo pretende sacar unas conclusiones socio-económicas a este proyecto mediante el visionado de los videos (pincha aquí). Más detalles pinchando en "leer más"
Otro de los problemas que perjudica a los habitantes de las grandes urbes es el coste en tiempo y dinero en los desplazamientos; como dato diremos que, como media, un ciudadano de Tokyo tarda 3 horas en sus desplazamientos al lugar de trabajo, lo cual es un importante handicap en cuanto a costes monetarios y en pérdida de calidad de vida. El Sky City Project se basa en conjunto de rascielos comunicados entre sí mediante monorraíles propulsados mediante energía eléctrica, lo cual reduce considrablemente la problemática de desplazamientos. Pero el Sky City Project va más allá, ya que cada rascacielos estará compuesto por una cifra de entre 10 y 12 niveles, en cada uno de los cuáles nos podemos encontrar con establecimientos de consumo de productos y servicios: tiendas de proximidad, guarderías...etc.
La metodología de construcción también va a suponer un sistema revolucionario, ya que para ello se contará con una grúa en forma de caja hueca, la cual funciona sin operarios, tan solo necesita un software programado con la ubicación de las piezas del armazón del rascacielos, cada una de las cuales estarán marcadas con un código de barras que permitirá su reconocimiento. Sin duda esto supone un ahorro en costes de mano de obra, seguridad del personal, y en tiempo, dado que la máquina no necesita dormir ni vacaciones. No obstante, se seguirá demandando mano de obra para las alturas más elevadas y para los trabajos que requieren de más refinamiento.
El último problema que nos sobreviene a la cabeza es de aspecto financiero, dado que un proyecto de esta magnitud requiere un largo periodo de tiempo hasta que esté disponible para ponerlo a la venta a sus futuribles habitantes. Dicho problema queda resuelto con los módulos o niveles de los cuales hemos hablado antes, dado que uno vez que cada nivel esté acabado podrá ser habitado y seguir construyendo el nivel superior hasta llegar a la cima. Esto provoca que una medida simple, como el pay-back descontado, se vea minorado, y por lo tanto aumente la liquidez de la inversión, y por ende el atractivo de la inversión.
Sin duda, el proyecto parece muy eficiente económicamente, pero habría que preguntarse si sería aceptado en países/ciudades con una vida social divergente con respecto a la japonesa, con unos fuertes ingresos por turismo, y que en parte tienen o tendrán problemas de hacinamiento, como Londrés o Milano. ¿Se imaginan un rascacielos así tapando Buckingham Palace o il Duomo?
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Otro de los problemas que perjudica a los habitantes de las grandes urbes es el coste en tiempo y dinero en los desplazamientos; como dato diremos que, como media, un ciudadano de Tokyo tarda 3 horas en sus desplazamientos al lugar de trabajo, lo cual es un importante handicap en cuanto a costes monetarios y en pérdida de calidad de vida. El Sky City Project se basa en conjunto de rascielos comunicados entre sí mediante monorraíles propulsados mediante energía eléctrica, lo cual reduce considrablemente la problemática de desplazamientos. Pero el Sky City Project va más allá, ya que cada rascacielos estará compuesto por una cifra de entre 10 y 12 niveles, en cada uno de los cuáles nos podemos encontrar con establecimientos de consumo de productos y servicios: tiendas de proximidad, guarderías...etc.
La metodología de construcción también va a suponer un sistema revolucionario, ya que para ello se contará con una grúa en forma de caja hueca, la cual funciona sin operarios, tan solo necesita un software programado con la ubicación de las piezas del armazón del rascacielos, cada una de las cuales estarán marcadas con un código de barras que permitirá su reconocimiento. Sin duda esto supone un ahorro en costes de mano de obra, seguridad del personal, y en tiempo, dado que la máquina no necesita dormir ni vacaciones. No obstante, se seguirá demandando mano de obra para las alturas más elevadas y para los trabajos que requieren de más refinamiento.
El último problema que nos sobreviene a la cabeza es de aspecto financiero, dado que un proyecto de esta magnitud requiere un largo periodo de tiempo hasta que esté disponible para ponerlo a la venta a sus futuribles habitantes. Dicho problema queda resuelto con los módulos o niveles de los cuales hemos hablado antes, dado que uno vez que cada nivel esté acabado podrá ser habitado y seguir construyendo el nivel superior hasta llegar a la cima. Esto provoca que una medida simple, como el pay-back descontado, se vea minorado, y por lo tanto aumente la liquidez de la inversión, y por ende el atractivo de la inversión.
Sin duda, el proyecto parece muy eficiente económicamente, pero habría que preguntarse si sería aceptado en países/ciudades con una vida social divergente con respecto a la japonesa, con unos fuertes ingresos por turismo, y que en parte tienen o tendrán problemas de hacinamiento, como Londrés o Milano. ¿Se imaginan un rascacielos así tapando Buckingham Palace o il Duomo?
1 comentarios :
Que buena es la serie de Extreme Engineering, y la de este super-rascacielos en especial. Ademas con la gigantesca inversión inicial necesaria, si fueran capaces de rentabilizar los módulos antes de acabar todo el edificio, francamente se disminuirían sus problemas. Ahora bien, ponte tu a vivir en un edificio constantemente en obras, acabarías medio loco.
Un saludo!
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