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martes, 24 de abril de 2012

Ideas extremas arraigan en periodos difíciles.

Marine Le Pen, líder partido Frente Nacional, se suma a los líderes de ideología nacionalista que han obtenido un fuerte incremento del apoyo de sus compatriotas en las elecciones de sus respectivos países.

Marine Le Pen ha sabido aprovechar el discurso tibio del conservador Sarkozy, para obtener los votos de los jóvenes franceses que observan en el horizonte un futuro incierto. Todavía recuerdo, la charla que tuve con un antiguo compañero de trabajo que residió dos años en Francia, cuando Sarkozy expulsó a los gitanos del territorio galo, donde veía como un serio problema el hecho de que la sociedad de origen foráneo, sobre todo la de creencias musulmanas, no inter-actuase y/o conviviese con la población francesa autóctona, generando exclusión social y el desarrollo de guetos. La hija de Jean-Marie Le Pen, ha eliminado los quistes dentro de su partido, expulsando a neo-nazis, y virado su discurso desde la extrema derecha, al ultra-nacionalismo; promulgando consignas a favor de la salida progresiva del euro, endurecimiento de las políticas de control de la inmigración...etc. Todas estas consignas, tienen el terreno abonado con la actual crisis económica, en donde la población de origen francesa es tentada a votar a un partido que va a atender especialmente a sus demandas.

Las ideas son siempre respetables, y provechosas para la sociedad, en cuanto a que generan una amplitud de ideologías enriquecedora, siempre y cuando se expresen sin violencia; pero los extremismos, como todos los "-ismos", a pesar de ser populistas, no permiten ver la otra cara de la moneda, debido al tesón con el que defienden sus firmes convicciones políticas. Una persona siempre tiene el derecho a tener una vida digna, y si la situación económica, política o social de su país no se le permite, tendrá que buscar acomodo en un país extranjero; pero siempre teniendo en cuenta que el país que lo acoge tiene una serie de valores y normas de convivencia a las cuales deberá de adaptarse para convivir en armonía e integrarse en la sociedad. ¿a caso no es más nacionalista/patriota un extranjero que, con su trabajo y contribución a la Seguridad Social, contribuye al desarrollo del país, que un nacional Ni-ni?, ¿se puede sostener el "Estado de bienestar" con un población tan envejecida como la europea?, ¿están dispuestos los nacionales a hacer los trabajos penosos, peligrosos y poco remunerados?. Y no pensemos solo en los inmigrantes de baja cualificación que vienen a trabajar a nuestro país, España, si no pensemos también en los ingenieros españoles que están buscando empleo en Alemania, donde tenemos el prejuicio de ser vagos y poco meticulosos en el trabajo.

Os dejamos para terminar, con un vídeo resumen, de V7 Internacional, canal argentino, sobre la extrema derecha en Europa

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